8 de septiembre de 2011

La historia de nuestros días...


Tengo claro que en todo el mundo las personas están cambiando, las circunstancias nos hacen modificar la cotidianidad de nuestras vidas; ahora salimos un poco más preocupados por nuestra seguridad y también por la seguridad de nuestras familias, nos hemos dado cuenta que ahora ni la protección de nuestros hogares es absoluta, por las nuevas leyes que se han ido imponiendo por nuestros gobernantes. 



Al parecer preferimos escondernos y pasar desapercibidos que mostrarnos en toda nuestra capacidad y potencial. Ahora el que tiene más, es el blanco perfecto para atacarle; con injustificados pretextos de necesidad y pobreza.


Increíble que en algunos países no tan "Desarrollados" hayan exigido una mejor democracia y una política real y al no recibirla prefirieron levantar los puños para pelear por ella. Increíble también que todavía exista gente que prefiere tener al mundo en un puño y no dejan de apretar. 


Todo pareciera un plan perfecto para controlar la mente humana y esclavizar su cuerpo. Todo pareciera que usan el miedo para poder manipular nuestros sentidos. Todo pareciera que todo seguirá así y será peor aún. 


Le VERDAD debería ser nuestra única arma masiva pero ahora, a casi nadie le interesa la verdad, solo quieren vivir tranquilos sin importarle los demás, aunque su mundo se haga más y más pequeño. Todo esto es triste pero muy cierto, también es resultado de toda la violencia generada por el hombre para atacar al hombre, para volverlo prisionero, para lastimarlo, para asesinarlo; es nuestra naturaleza pero también pareciera que es nuestro único fin. 


No diré el cómo cambiar, tampoco diré por qué debemos cambiar, estamos JODIDOS y eso es todo, porque si ahora dejamos que las instituciones religiosas cometan crímenes contra la gente, que los gobiernos asesinen a la gente, que la indiferencia aleje a la gente, no tendremos ninguna oportunidad de ser realmente libres.


“Cuando el poder del amor sobrepase al amor del poder, el mundo conocerá la paz.”

Jimi Hendrix


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